sábado, 26 de enero de 2008

El extraño mundo de las ecografías


Ayer fuimos a "repetir" la ecografía 4D porque cuando fuimos Gael aún estaba pequeñito, se movió mucho y... bueno, que se le vió un poquito mal, así que nos dijeron que volviésemos a finales de enero, que ya se le vería mucho mejor. Además, las fotos que hacen y que te dan en un CD no se veían, así que ayer las recuperaron y nos las volvieron a dar. Pues sólo una cosa tengo que añadir: ¡JA!

Lo único que vi fue, no la pantalla, si no el culo de la pantalla. Paula y David "vieron" algo más, o sea nada, y el cachondo de Gael, que al parecer nos va a salir timidín no quiere enseñar su carita y se la tapa para prolongar el misterio de su belleza. Así que nos fuimos igual que habíamos ido, con cara de tontos y con un CD ¡otra vez vacio!

Francamente, así no se puede. Con la ilusión que teníamos en enseñaros sus avances, pero bueno, a ver si David hace un clip del vídeo antiguo y colgamos un cachito aunque sea.

Lo bueno de todo es, lógicamente, que nos dijeron que todo está bien. Ya mide unos 34 cm de la cabeza a los pies y pesa, atención ¡1.345 gr!

Yo me sigo encontrando muy bien, aunque ya comienzo a sentirme un poco león marino si estoy tumbada y quiero cambiar de postura. Me canso un poco más pero estoy cada día más feliz. Ya sólo quedan dos meses y cuando nos queramos dar cuenta ya le tenemos aquí, llenando nuestras vidas aún más y haciéndonos a todos aún más felices.
La foto que pongo hoy, muy a mi pesar no es de Gael, Gael será muchiiiiiiiisimo más guapo aún, pero ilustra bastante bien su verguenza, así que como soy una piratilla de bebés os pongo un poemita para compensar.
----------------------------------------------------------------------------------
ECOGRAFÍA
........................
Dicen único, vivo, podálico
como quien dice alma o mar o amor.
Y vacían sus bocas.
Solo queda la imagen difusa de la existencia.
Tengo el vientre lleno de interrogantes
y en ellos nada Gael, que es la vida.
La única respuesta que buscaba.


domingo, 20 de enero de 2008

En Córdoba


Ayer volvimos de Córdoba. Hacía dos años que no pisábamos sus calles, ni olíamos los naranjos, ni sonreíamos al escuchar la guitarra del reloj de las Tendillas a en punto.

Ha sido fantástico regresar, ver a la gente, a la familia, los rincones por donde paseábamos imaginando, con cierto miedo, nuestros planes de futuro. Córdoba fue nuestra casa durante un año y nos fuimos de ella sin despedirnos, sin embargo nos ha acogido con toda su luz, con toda su magia. También hemos conocido sitios nuevos, mi padre nos ha enseñado más misterios de los que conocíamos, más rincones, más historias, más instantes inolvidables que enseñar a Gael cuando nazca.

Este viaje también me ha devuelto esa parte de poeta que tengo tan abandonada, por eso, y sin que sirva de precedente, dejo aquí el último poema que he escrito, dedicado, como no, a Gael.
HAGA ÉL
(A Gael)

Haga él su voluntad, y sobre todo
que viva. Que no conozca el dolor
de manos de otro ni en las suyas.
Que sus ojos estén siempre atentos, que
se levante cuando caiga y llore
cuando diga mamá porque entiende
lo que significa.
Que ría siempre, que luche, que
no cometa dos veces los errores.
Que sangre sólo por fuera y poco,
que vaya contracorriente y sepa
escuchar a los sabios.
Que huya de la muerte, que no tenga
miedo a la vida, ni al amor,
ni a las ventanas.
Que reine en sus apellidos y en su nombre,
que no agache la cabeza si no es por buscar
un perdón. Que corra y salte y beba y
vuelva siempre a mis brazos.
Que espere, que sepa esperar a la luz
y a su alma. Que no se precipite,
que la vida, al fin, llega, siempre llega
y se llama Gael.

sábado, 12 de enero de 2008

El abuelo Manolo


Mi abuelo se llamaba Manolo, el abuelo de David se llamaba Manolo y el abuelo de Gael, también se llama Manolo.

El abuelo Manolo es un loco maravilloso que le enseñará tantas cosas que no le quedará más remedio que ser también un poco loco. Le llevará al fútbol, le enseñará los nombres en latín de casi todas las cosas, le hablará de San Francisco de Asís, de las virtudes del vino, de toros y toreros, de música, de poesía, del teatro. Le contará historias disparatadas y hará de él un artista, eso casi seguro.

El abuelo Manolo le enseñará a pescar, a poner gusanas en el anzuelo y a tener paciencia, le enseñará a leer y a pintar con tierra, a plantar un árbol y hacerlo crecer. Le hará morir de risa con el pájaro loco y le convencerá de que su nombre está tallado en el Pórtico de la Gloria.

Le escribirá poemas, le cocinará pescaíto frito y rabo de toro e intentará convencerle de que "de lo que come el grillo, poquillo".


El abuelo Manolo le llevará al jardín botánico, al Prado, al Zoo, le hablará de Castelao, de Pan y Penuria y hará de él un niño feliz.

Que suerte tenemos los que tenemos abuelo Manolo.

lunes, 7 de enero de 2008

No pudimos resistir





Y... aquí están después de un duro día de montaje, porque tela sobre todo con la bañerita, que se las trae. Hemos pensado que como hay que lavarlo todo para cuando llegue Gael, pues que qué más da un poquito de polvo más que de menos, si él lo tendrá todo relimpio, y además así comprobamos que todo está bien, y menos mal que lo hemos hecho porque la cunita trae una especie de lamparón sin identificar que a simple vista no se aprecia pero a trasluz sí, así que toca cambiarla, pero bueno, os pongo la foto para que la veais.

A ver si empezamos prontito a pintar y arreglar la habitación, que en principio será color melocotón o similar y vamos colgando los cambios para que lo veais.

sábado, 5 de enero de 2008

La noche de reyes

¡Cuan dura es la vida del rey mago! Hay que batallar en primer lugar con la imaginación, y luego con aquellos señores y señoras tan simpáticos que ni cortos ni perezosos se cuelan, o lo intentan, a la hora de pagar, porque los reyes también pagan, no nos engañemos.
Gael ya tiene su carro, su bañera y una minicuna bien bonita para sus primeros meses. Pero claro, el pobre tendrá que esperar para disfrutar de todos sus regalos, que todo no se puede tener en esta vida. Es curioso como va evolucionando la mente. Hasta hace bien poquito no quería ni plantearme preparar nada, me parecía demasiado pronto, pero ahora, estoy ansiosa por tenerlo todo listo, como si el hecho de tener sus cositas fuese a adelantar el acontecimiento de su llegada, y lo cierto es que así se hace un poco más fácil la espera. Toda la ilusión de comprar cada detalle, preparar su habitación, dejarlo todo listo, limpio, perfecto para cuando llegue, como si él fuese a darse cuenta.

Hemos probado el carrito, montado, desmontado, puesto, quitado y... efectivamente, con una mano, y sin bebé, parece que se puede hacer casi todo. La bañera y la minicuna aún no las montaremos porque luego no sé por qué extraño milagro de la física no vuelve a la caja en su posición original y se puede llenar de pelos de los perros, y eso sí que no. Así que a esperar, aunque quien sabe, tal vez dentro de unos días os cuelgue unas fotos de todo.

viernes, 4 de enero de 2008

Una de homenaje


Más vale tarde que nunca y como no hemos mandado cristma (bueno el de los elfos con niño patata, pero ese casi que no vale) y la navidad ya acaba, pues no puedo resistirme a hacer un plagio (espero que consentido) de una de las felicitaciones más graciosas que he visto este año. El plagio, que conste que no es al azar, es Daniel Moreno, hijo de Grihan y Mari y futuro amiguito de Gael, con el que se llevará un año, afortunadamente para nosotros, porque gracias a su experiencia reciente nos dan muy buenos consejos y nos quitan muchos de nuestros miedos.

Enhorabuena por esa preciosidad y a ver si tenemos con nuestro peque la misma suerte que estáis teniendo vosotros con el vuestro.

El carrito


Por fin nos hemos decidido y hemos comprado el carrito. Mañana iremos a por él. Es más o menos este que veis, naranja y gris reversible, esperemos que sea cómodo para el bebé porque llevo toda la noche pensando si será el adecuado, si cuando salgamos del hospital le tendremos que poner en el cuco o en el matrix, si se enganchará bien al coche, si tendrá frío, si sabremos montarlo y desmontarlo porque claro, en la tienda te dicen "mira, con una mano", mientras tú les observas fascinado por la rapidez de la operación pero sin fijarte en cómo carajo se hace.
Luego los pensamientos derivan hacia ese momento de llegar a casa y del viaje. Apenas son 30 minutos del hospital a casa pero yo me pregunto ¿cómo puede uno conducir y llevar a su hijo en el coche a la vez? ¿podré mirar otra cosa que no sea él? ¿conduciré yo?... dios mío ¿conducirá David?
Luego, una vez en casa ¿qué haremos? ¿llorar? ¿reír? ¿dormir? ¿bañarle? Yo supongo que nos quedaremos con cara de imbéciles, mirándole, mirándonos y preguntándonos (sin que se note mucho) ¡qué carajo hacemos! con un miedo que ni los Duques de Carrión cuando vieron al León (que según mi abuelo se cagaron en los pantalones).
Pero bueno, todo esto son elucubraciones sin sentido que tal vez no tengan nada que ver con la realidad pero que así, a priori, son las que se me vienen a la mente cuando pienso qué pasará cuando el sueño por fin llegue a término.

martes, 1 de enero de 2008

Menuda despedida


El embarazo es esa etapa maravillosa en la que gestas a tu hijo a lo largo de nueve meses durante los cuales ocurren constantemente cambios en tu cuerpo a los que no siempre es fácil adaptarse. Duermes muchísimo más, se te hinchan los pies, estás bastante susceptible, estás radiante, dejas de esconder barriga porque ésta pasa a formar parte de un entecito redondo y simpaticón liderado por la línea alba y.... la vejiga se revoluciona de manera incontrolable.

Anoche, aproximadamente a las 23:57, 23:55 según mi reloj, y con la Sexta como canal de compañía, la micción llamó a la puerta, y yo que soy muy buena, la obedecí. Me dirigí tranquilamente al baño y a mitad de gloriosa tarea de hacer pis comienzo a oir "Tachaaaaaaaaaa, Tachaaaaaaaaaaaaaaaa" a lo que respondí "Que estoy meando, coño" (con perdón). Rauda y veloz volví al salón para llegar a las campanadas pero cual es mi sorpresa cuando veo a todos con la boca llena, mirándome pasmados y diciéndome ¡¡¡Que te has perdido las uvas!!!.

Esto amigos míos, es duro. Muy duro.

No me quedó más remedio que darme a mí misma uvas y campanadas al tiempo y me comí las doce sola, y en medio de un ataque de risa porque a ver qué iba a hacer si no.

En fin, esto a lo que llaman síndrome de la cabeza de chorlito me tiene cada día más fascinada, porque si estoy así a estas alturas no sé en qué degenerará mi mente los tres meses que me quedan, aunque como decía aquel "Más se perdió en cuba".

Feliz año a todos y que cumplais muchos más.