miércoles, 26 de marzo de 2008

A punto de ser







Ahora todo es espera. Cada hora que pasa es una hora menos para verle. Ya está casi todo preparado, y me da la sensación de que tras nueve meses los que menos preparados estamos somos nosotros. A él sólo le falta decidirse, lanzarse a la vida, aprender a ser, venir a estrenar nuestras vidas, la de todos. Puede ser cuestión de días o de horas y nosotros cada día más ansiosos, más espectantes, más preocupados también por que todo salga bien.



Es extraño sentirle al otro lado de mí, intentar adivinarle, ponerle cara, saberle completo, vivo y no poder llegar a él. No separa sólo el tiempo.



Es extraño lavar y doblar una legión de pijamas, mantitas, sábanas, oler sus jabones, acariciar sus peluches como si él estuviese. Abrir una y otra vez la puerta de su habitación y verla aún vacía entre tantas cosas.



Nadie sabe si Gael será un 31 de marzo, un 3 de abril o un republicano del 14, tan sólo espero que llegue lleno de fuerza.



Mientras tanto, seguiremos abriendo una y otra vez la puerta de su habitación esperando que llegue para hacerla perfecta.