domingo, 14 de febrero de 2010

Especial Carnaval






Mi niño, que sobra decir que es la cosita más bonita del mundo, puede llegar a ser aún más lindo si se disfraza. Este año ha tenido doble disfraz porque en la guarde nos pidieron que fuese de personaje de cuento. Los otros niños iban de princesa, de Robin Hood, de duende... Mi niño iba de príncipe encantado o, como lo llaman vulgarmente, de rana. Ahora, estoy segura de que nunca habréis visto a una rana tan preciosa. El problema es que lloró mucho porque cuando vamos a la guarde, él asume que vamos a buscarle y no le hizo ni pizca de gracia que estuviésemos ahí más tiempo del necesario. Pero bueno, la tonelada de chuches que le dieron después subsanaron todo el daño sufrido por nuestra marcha.

Os dejo con este príncipe encantador.

No hay comentarios: