domingo, 14 de febrero de 2010

Después del beso






Os decía que se disfrazó dos veces, una para la guarde y la otra ¡para el abuelo! Fue como un hechizo... Mientras miraba posibles disfraces encontré EL DISFRAZ. Un traje de torero Made in China de color rojo chicle, o sea casi rosa hecho de una tela que yo que sé que qué sé yo. Evidentemente no podía pasar la oportunidad de vestir de torero a mi niño a ir a visitar al abuelo Manolo, maestro del toreo de salón para que, directamente, se le cayese la baba.

Así que como a todo príncipe que se precie le besamos y... se convirtió en novillero.

Aquí está el resultado.

1 comentario:

Angela dijo...

Pero que torero más guapo!!! Un besito para los tres :)