Parece que fue ayer cuando Gael llegó a nuestras vidas. Hoy he visto un trocito del video del día que nació, que lejano parece todo. Que pequeño en su primer baño, que distinto su llanto ahora y que maravillosas sus sonrisas, que lo llenan todo. La casa brilla cuando Gael despierta y ríe y habla en su mágico idioma gaélico. Es tan despierto, tan especial, que da miedo no estar a su altura.
Sé que escribo poco, pero él es dueño de todo mi tiempo, de mis días, de mis noches. Toda mi vida gira ahora en torno a sus ojos, a sus manos, al latido de su corazón. Esa es la música que mueve el mundo.
Os regalo un pedazo de nuestras vidas.
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